MODA EN LONDRES: STREET SEEN
En el Street Seen de este mes, conocimos a Aimee, del sur de Londres.
La sede de Dukes Cupboard en Soho, Londres, es más un museo de la moda que una tienda de ropa convencional. Pero lo mejor de este museo es que todas las exposiciones están a la venta.
Dirigido por Milo y Ned, Dukes Cupboard ha vendido clásicos de diseñador a algunas grandes estrellas, como A$ap Rocky, Kim Jones, Octavian, Slow Thai y Loyle Carner.
Desde sus inicios vendiendo ropa deportiva y camisetas vintage en un puesto del mercado, hasta añadir sus propios diseños a su inventario de clásicos de diseñador cuidadosamente seleccionados, Milo y Ned han recorrido un largo camino. Literalmente, cada año los chicos realizan cuatro o cinco viajes súper secretos para ir de compras por todo el mundo, y evidentemente, sus misiones tienen mucho éxito. Además de mantener su Tienda de Londres repleta de clásicos, ha habido tiendas temporales o pop ups de Dukes Cupboard en Nueva York, París y Los Ángeles.
Entramos a su tienda para tomar algunas fotos y ver qué piezas vintage de piel interesantes tenían para ofrecer, y nos obsesionamos un poco con la chamarra Sopranos.
Si estás en Londres, no se te olvide pasar por la tienda ubicada en el número 14 de Ingestre Place, definitivamente una visita obligada para los amantes de la ropa deportiva vintage. Además, recientemente aparecieron en Selfridges, en Londres, como parte de su escaparate de guardarropa sostenible… ¡Sigue atento a este espacio para ver más colaboraciones interesantes!
Imágenes: Tippi Lewis
En el Street Seen de este mes, conocimos a Aimee, del sur de Londres.
Desde aprendiz hasta creador de la multimillonaria industria de lujosos artículos de marroquinería, la historia de Louis Vuitton abarca casi 200 años.
Hay mucho que celebrar con este material, así que hemos preparado este cuestionario para recordarles de lo que es capaz la piel. ¿Creen que puedan elegir la respuesta correcta de entre las opciones disponibles?
Es posible que nuestra opinión esté sesgada, pero también sabemos que tenemos razón. Veamos las maneras en las que la piel supera a sus competidores fabricados por el hombre.