Casi la mitad de la ropa que venden las marcas de moda en línea está hecha de plástico “virgen”, mientras que millones de cueros sobrantes se queman o se envían a los basureros y rellenos sanitarios.

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Casi la mitad de la ropa que venden las marcas de moda en línea está hecha de plástico “virgen”, mientras que millones de cueros sobrantes se queman o se envían a los basureros y rellenos sanitarios.

El enorme impacto ambiental de la industria de la moda se ha puesto de manifiesto gracias a una investigación realizada por la Real Sociedad para el Fomento de las Artes, las Manufacturas y el Comercio (Royal Society for the Encouragement of  Arts, Manufacturers and Commerce, o RSA) del Reino Unido. Se descubrió que la mitad (49%) de los 100,000 productos muestreados de los minoristas en línea Asos, Boohoo, Misguided y PrettyLittleThing estaban hechos completamente de plásticos nuevos, y al ser de bajo costo y desechables, pueden acabar rápidamente en el relleno sanitario.

En esta época en la que los consumidores se preocupan por la sostenibilidad, el Consejo Estadounidense de la Piel y el Cuero (Leather and Hide Council of America, o L&HCA) hace campaña para que los millones de cueros sobrantes, que actualmente se queman o se tiran a la basura, se utilicen en su lugar para fabricar artículos de piel que durarán muchos años. En su nuevo video de corta duración, el cual pueden ver a continuación, se exponen algunas de las cifras clave.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático calcula que la industria de la moda produce el 10% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, un impacto que se ve agravado por la contaminación causada por la producción de materiales sintéticos, que va desde los desechos químicos hasta los microplásticos. La industria estadounidense de la piel y el cuero utiliza el 83% de los cueros procedentes de las industrias láctea y cárnica, unos 27.5 millones de cueros al año, y se compromete a garantizar que el 17% restante (5.5 millones) no se queme ni se envíe a los rellenos sanitarios, sino que se utilice para fabricar ropa o zapatos.

Stephen Sothmann, Presidente del L&HCA, comentó al respecto: “La moda rápida está provocando que se tire una montaña de ropa, muchas veces casi nueva. Esto no solo es un despilfarro de valiosos recursos y dinero, sino que también es altamente contaminante. La ropa enterrada en un relleno sanitario puede tardar hasta 200 años en descomponerse, mientras libera toxinas nocivas en el aire, el suelo y las aguas subterráneas. Queremos revertir el ciclo de desperdicio de ‘comprar, usar, tirar’ al recordarle a la gente que la piel de origen sostenible es una alternativa natural y de estilo ‘lento’ que se puede conseguir fácilmente y que, de hecho, a menudo termina tirándose a la basura. Nuestro punto de vista es ‘consumir menos, consumir de forma responsable’ y, si al hacerlo se pueden reducir los desechos y la dependencia de los combustibles fósiles, tanto mejor. Usemos lo que tenemos hoy”.

Una investigación independiente encargada por el L&HCA en 2020 no encontró ninguna relación directa entre el número de reses criadas para la producción de carne y productos lácteos y la compra de piel, lo que sugiere que el cuero está aquí para quedarse y debe utilizarse en la lucha por introducir una industria de la moda más sostenible. En el estudio se utilizaron 25 años de datos gubernamentales sobre los precios de los cueros de buey estadounidenses de primera calidad que en los últimos años alcanzaron un precio promedio de USD 36.00 por pieza, es decir, tan solo el 2.2% del valor total del animal. Debido al precio, lo más probable es que estos cueros tuvieran una influencia directa en el número de cabezas de ganado, pero no se encontraron pruebas al respecto.

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