Leathers Love de Mike Adler: Restaurar y reparar

Mike Adler y The Restory

Leathers Love de Mike Adler: Restaurar y reparar

Siempre les he dicho a mis clientes que la tela está hecha para moverse. La seda se aplasta, se arruga, se dobla y se pliega cuando se usa; la piel se destiñe, se raya, da de sí, se ablanda y se desgasta. Si se deja inmóvil, se queda en su gancho o empacada, frustrando el propósito de su diseño de ser usada, amada y vivida.

Pero cuando estas piezas se han desgastado hasta un punto en el que ya no hay vuelta atrás, ¿se puede hacer algo para revivirlas?

Si bien hoy en día existe una gran tendencia de reuso y reciclado al tomar nuestras piezas más queridas y rediseñarlas o reutilizarlas para convertirlas en algo nuevo, ¿qué hay de la reparación y restauración literal para que la pieza no sea simplemente remendada, sino que se devuelva a su condición original, como nueva en su caja de antaño? Sería como abrir el empaque por primera vez

La primera vez que vi The Restory fue a través de las redes sociales y no habría creído el servicio que ofrecen si no hubiera sido porque vi su video. Como estilista, poseo algunas hermosas piezas de diseñador que he llevado a la tienda del diseñador para su limpieza o reparación, solo para descubrir que el zapatero que utilizó la marca para arreglarlo solo le dio una pasada de pintura de un tono similar sobre el rayón, o insertó un nuevo logotipo que ya van cuatro veces que reemplazan. Entonces, ¿en qué se diferencia The Restory?

Al ver uno de los muchos videos donde detallan las reparaciones que hacen en el taller, se me ocurrió enviar algunas imágenes propias de una reparación que necesitaba para que me dieran una cotización. Vi videos de la reconstrucción de un bolso de Hermes, donde cada pieza es descosida con delicadeza, restaurada, pegada y reconstruida a mano, cosida y pulida; a un zapato Louboutin le cambian el tacón, lo pintan y lo pulen; a una pieza de Chanel le igualan los colores de los adornos y se los aplican nuevamente a mano con mucha delicadeza; pero luego, ¿qué hay de los míos? Tras haber llevado previamente mi lujoso bolso con numerosos zapateros y especialistas en reparaciones, estaba bien informado y sabía que mi trabajo requería de una piel que no era fácil de conseguir, incluso quizás únicamente la tendrían en el propio taller de Louis Vuitton. Me alegró mucho ver que el servicio de búsqueda de pieles era bastante largo, de 8 semanas, con un costo de £45, y que la reparación duraba entre 6 y 8 semanas, con un costo de aproximadamente £140-175, lo que me aseguraba que el servicio era realmente el que yo esperaría para un bolso con un precio de varios miles de libras esterlinas.

Con un equipo interno que se esfuerza por hacer coincidir exactamente los tejidos, los colores de la pintura, las texturas y los detalles manuales, un servicio de recolección el mismo día desde Londres y de un día para otro desde cualquier otro lugar del mundo, el éxito que tiene The Restory a nivel mundial por su servicio integral de restauración, reparación y cuidados posteriores de lujosos productos de moda ha sido bien documentado en Vogue, Elle, Vanity Fair y Drapers, y cuenta con alianzas con Harrods, Selfridges y Harvey Nichols para facilitar el servicio opcional de entrega.

Desde una limpieza especializada, la eliminación de moho, la reparación de una lengüeta, un asa, o una hebilla, hasta la restauración del color, el ribete, la encuadernación, las borlas y la piel, pasando por la renovación de los adornos, la pintura o las costuras, me complace recomendar el servicio de The Restory atelier para restaurar sus artículos más delicados, lujosos y queridos a fin de que queden como nuevos. Con muchos casos de estudio, videos y testimonios para ver y un sencillo servicio de cotización, recolección y reservación en línea, la filosofía del cuidado de la piel es la base de chooserealleather.com, y la mía propia: ¡garantizar la longevidad y la sostenibilidad de nuestros queridos productos de piel!

 

Para más información, consulte The Restory aquí.

 

 

Créditos de las imágenes: Nicole Markhoff