Leather and Hide Council of America trabaja para establecer una evaluación definitiva del ciclo de vida de la piel

L&HCA trabaja para establecer una evaluación definitiva del ciclo de vida de la piel

Leather and Hide Council of America trabaja para establecer una evaluación definitiva del ciclo de vida de la piel

No solo la fabricación de productos es lo que tiene un impacto en el medio ambiente. También se deben considerar los materiales que se utilizan para crearlos, sus desechos y lo que les sucede cuando las personas dejan de usarlos.

Cada vez más personas consideran la sostenibilidad al realizar sus compras. Quieren saber con precisión el efecto que tendrá su compra en el medio ambiente y qué tan bien se trata a las personas. Si las marcas no pueden ser abiertas sobre todas sus cadenas de suministro, corren el riesgo de perder ventas.

Para facilitar esto, el Leather and Hide Council of America (L&HCA), la organización detrás de RLSD, está trabajando para establecer un estándar para las evaluaciones del ciclo de vida de la piel (LCA).

Una de las mejores cosas de la piel es que se trata de un subproducto. Crear un material duradero y hermoso no solo evita el desperdicio de las pieles de vaca, sino que también significa que hay menos demanda de plásticos derivados del petróleo que a menudo se usan en su lugar. Pero para satisfacer las preocupaciones de los consumidores, es importante que puedan ver su impacto desde la cuna hasta la tumba.

Este impacto incluye las emisiones del ganado del que provienen las pieles. Si bien la piel es un subproducto, tradicionalmente una pequeña parte del impacto de la agricultura animal se puede atribuir a la piel. Otras cosas a tener en cuenta incluyen el uso del agua, la biodiversidad y la durabilidad, y el uso físico y el percibido de la piel.

Trabajando con socios de la industria, desde ganaderos y empacadores hasta curtidores y fabricantes, L&HCA permite que los LCA individuales se conecten a través de la cadena de suministro. Esto incluye la fabricación de productos, la fabricación de piel y la agricultura animal. Cada uno de estos sectores ha desarrollado matrices de entrada o salida. La industria de la piel y la cadena de suministro agrícola han trabajado mucho para utilizar estas matrices en las evaluaciones del ciclo de vida para comprender mejor su huella.

Este trabajo permitirá a los productores y fabricantes revisar sus cadenas de suministro y comprender el beneficio neto y el impacto de la piel que producen o utilizan. Los consumidores podrán acceder a la misma información.

El apetito de los consumidores por esta información estará respaldado por las próximas leyes que requerirán que los productos lleven una etiqueta LCA. Las marcas deberán portar su cinturón de cuero, billetera, bolso o chaqueta, y comprender lo suficiente sobre su procedencia para poder evaluar su impacto en el agua, la energía, el carbono y la biodiversidad. También deberán ser capaces de caracterizar e incorporar la longevidad esperada en la etiqueta LCA, por lo que los productos desechables baratos no tienen una ventaja cuando se comparan los impactos de los materiales.

La transparencia de los LCA solo puede ser buena para el consumidor, la industria del cuero y, lo que es más importante, para el planeta.