Curtido al cromo: ¿cómo funciona y por qué hay tanta confusión al respecto?
La técnica más usada en la producción de piel en todo el mundo, y la más eficiente, el curtido al cromo se utiliza en la producción de alrededor del 85% de toda la piel.
Durante el curtido, el cromo se une al colágeno que se encuentra naturalmente en la piel y cambia su estructura molecular. Esto la estabiliza y prolonga su vida útil: la piel bien cuidada durará toda la vida y no comenzará a biodegradarse, a menos que se abandone.
La gente a menudo se confunde acerca de qué tipo de cromo se usa en el proceso. Para el curtido, se usa una pequeña cantidad de cromo (III) en forma de sales minerales de cromo. Este tipo de cromo no es peligroso para la salud. De hecho, es uno de nuestros requisitos dietéticos, que se encuentra de forma natural en alimentos como las manzanas y los pimientos verdes. El agua potable puede contener 50 microgramos (cromo III) por litro.
Su variante tóxica, el cromo hexavalente o cromo (VI), no se usa en el proceso de curtido. Es posible que el cromo (III) se convierta en cromo (VI), pero para ello se requiere contar con temperaturas extremas y condiciones oxidativas. Estas condiciones se evitan con facilidad por los buenos curtidores.
En los últimos años, las curtidurías han hecho grandes avances en la eliminación del exceso de cromo del agua usada en el proceso. Esto no solo reduce la cantidad de cromo necesario, ya que se puede reutilizar, sino que también da como resultado un agua más limpia.