No toda la piel es igual. Puede ser fácil de hallar, pero obtener la de mejor calidad puede ser más difícil, por lo que el conocimiento de la artesanía de la piel de diferentes regiones puede ser el camino seguro para obtener productos de calidad.
Es un material que se ha utilizado durante siglos, codiciado por su durabilidad y adaptabilidad, ya sea para protección, calzado o sillas de montar. Hay centros históricos de la piel, pero en estos días, la piel se produce en todo el mundo, utilizando métodos y tradiciones locales. “Lugares de la Piel” es una serie de tres partes, que analiza más de cerca las industrias de la piel en países notables de Europa, América y Asia.
En la Parte II, veremos a América…
ARGENTINA
Habiendo estado varias veces en Argentina, puedo confirmar la hermosa e ilustre tradición que tiene el país por la fabricación de piel. Este vasto país sudamericano es famoso por la cría de ganado; por ello, no es de extrañar que el subproducto de sus industrias cárnicas y lácteas sea usado para artículos de piel de alta calidad. Los grandes espacios y su clima templado hacen que esta región sea ideal para la cría de vacas y, por tanto, la piel.
La curtiduría argentina se remonta a al menos el siglo 18, con registros de exportaciones europeas en la década de 1790. Con esto en mente, la piel argentina hoy aparece en muchas formas. Se pueden hallar piezas de gaucho increíblemente resistentes, así como refinadas botas de polo, por las que Argentina es famosa. En el otro extremo del espectro, hay marcas que utilizan la piel local para hacer diseños de la vida moderna y sus gustos contemporáneos. Algunos nombres que se deben tener en cuenta son las bolsas b.lit en Palermo Soho, Calzados Correa para zapatos a medida en Almagro, o Las Cabrera, fundada por tres hermanas, en Palermo Chico. Cualquiera que sea el estilo que elija, los productos hechos o terminados a mano representan un gran orgullo con un toque argentino.
Estados Unidos
Yendo hacia el norte, a los Estados Unidos, donde desde mediados del siglo 17, los colonos europeos establecieron curtidurías en Nueva Inglaterra. La fabricación de calzado tenía una mayor cantidad de trabajadores en comparación con otras industrias a mediados del siglo 19, con técnicas que evolucionaron para que la piel fuera más duradera y fácil de fabricar en mayores cantidades. A finales del siglo 19, la fabricación mecanizada se hizo cargo de la mayoría de la fabricación artesanal de la piel, así como las máquinas de coser cada vez más populares, aumentando aún más la productividad.
La década de 1900 vio una disminución en la demanda de la piel a medida que nuevos materiales se hicieron populares; por ejemplo, el caucho y los plásticos para calzado deportivo. Luego vino un gran aumento en las importaciones de piel desde centros como Italia, y el comercio interno cayó aún más.
Como los Estados Unidos tienen una gran industria ganadera, los cueros para las pieles son un subproducto natural de esto. Las pieles en sí mismas equivalen a menos del 2% del valor total de una vaca, que dan como resultado 33 millones de pieles procesadas tan solo en los Estados Unidos (aproximadamente el 10% de la cantidad mundial). En la actualidad, los Estados Unidos tiene aproximadamente 110 instalaciones de fabricación de piel, el 95% de las pieles y el cuero no teñido exportado.
A pesar de que la piel es principalmente un producto de exportación hoy en día, hay muchos fabricantes de piel sumamente calificados que han restablecido el historial de fabricación estadounidense de hace siglos. Lotuff fabrica a mano todos sus productos en Providence, y están orgullosos del proceso de su curtiduría vegetal: “Es la cuidadosa atención de los curtidores especializados y su negativa poner en peligro los materiales y el tiempo necesario para lograr el resultado deseado, lo que hace la diferencia en nuestro curtido vegetal de la piel de todas los demás pieles disponibles en este mercado especializado». Sus precios reflejan esta considerable inversión de tiempo, pero lo más probable es que el resultado valga la pena.
Las compañías estadounidenses notables de fabricación de piel incluyen Rawlings, famosa por ser proveedora oficial de pelotas de beisbol en las Grandes Ligas, así como por su gama más amplia de equipos deportivos y entretenimiento, y Hermann Oak, curtidores y fabricantes de equipos equinos desde 1883.
Combinando dos tradiciones estadounidenses, la fabricación de la piel y el béisbol, Mack Provisions en Washington reutiliza guantes de béisbol vintage para fabricar productos como carteras y cinturones. Cada pieza es completamente única y garantiza que el origen de todos los guantes también es norteamericano. Se puede comprar una gran variedad de artículos confeccionados, pero para piezas a la medida, los clientes eligen su guante en función de lo atractivo de ciertos detalles, como las marcas o firmas de jugadores, y el proceso sigue a partir de ahí. No hay nada más sostenible que reciclar productos de piel en artículos nuevos y duraderos. Por supuesto, hay muchas más marcas estadounidenses que usan piel, pero puede ser difícil encontrar aquellas que usan materiales nacionales.
En la Parte III de “Lugares de la Piel”, viajaremos a través del Pacífico hasta Asia, observando tradiciones que se remontan a siglos atrás.
POR NICOLA DAVIES
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